En este artículo me gustaría desafiar el relato admitido según el cual la concepción de Platón del sofista es novedosa, distinta o despectiva. Propongo que Platón utiliza concepciones comunes del intelectual para crear una identidad bastante flexible para el sofista. A través de la evidencia disponible, espero mostrar que Platón no asigna un nuevo significado a la etiqueta, sino que utiliza concepciones convencionales del sofista para crear su argumento principal. Afirmo que, aparte de El Sofista, en otros diálogos no hay una concepción clara de qué y quién es el sofista, no hay claridad en cuanto a cuál es su actividad, y por lo tanto (aunque hay razones para sospechar sobre ellos y su actividad), hay no hay motivos para condenarlos. Partiendo de una conceptualización de σοφία en términos de conocimiento, el σοφιστής se describe principalmente como alguien que sabe muchas cosas, o un experto en “todos los asuntos”; una descripción, como veremos, que impide encontrar una única definición. Mi propuesta es que Platón no construye la hostilidad contra los sofistas, como afirman algunos relatos, sino que representa esta hostilidad contra los expertos e intelectuales apelando a las actitudes populares contra los σοφοί. Es importante destacar que Platón es crítico de las representaciones populares de los sofistas principalmente porque son el resultado del error de juicio o la ignorancia de la gente, de la que también se deriva el prejuicio contra los filósofos.