La necesidad de hallar una fuente de legitimidad y defensa del naciente cristianismo, a la que se vieron enfrentados los primeros fieles, generó al interior de su comunidad distintas formas de asimilar y comprender el contenido de las Sagradas Escrituras hebreas. Una de ellas fue la llamada interpretación tipológica o figural, la cual, atendiendo a dicho fin, pretendía emparentar los textos del Antiguo y Nuevo testamentos. A setenta años de la publicación original del ensayo Figura, de Erich Auerbach, que exponía en profundidad los fundamentos de la cuestión descrita, el presente artículo conmemorativo regresa sobre los orígenes y temprana evolución de la interpretación tipológico-figural a la luz del pensamiento del influyente filólogo alemán.