El presente artículo reflexiona respecto al papel que tiene el mobiliario escolar, entendido como sillas, mesas o escritorios, en el contexto escolar actual. Se propone un análisis desde la Teoría de Actor Red (TAR) la cual comprende a los elementos no humanos como agentes que conforman redes y establecen conexiones en los ambientes escolares, pudiendo intervenir activamente en los procesos de aprendizaje, en las prácticas pedagógicas y las concepciones docentes. Se exponen antecedentes históricos a fin de argumentar que la sala de clases performa, a través de su mobiliario, las formas en que las niñeces han aprendido en el pasado y continúan aprendiendo hoy. Se presentan 4 noticias del contexto educativo chileno, las cuales permiten cuestionarnos si mesas y sillas escolares aún continúan traduciendo las concepciones de educación del siglo XIX, asociadas a un enfoque pasivo de transmisión unidireccional de conocimientos y a la inmovilidad del cuerpo circunscrita a los bancos escolares. Finalmente, la reflexión releva la importancia de considerar las características, la disposición y las formas no convencionales de utilización del mobiliario escolar como elementos que, en articulación con estudiantes y docentes, pueden apoyar el alcance de enfoques inclusivos, participativos y colaborativos durante el aprendizaje.